El estrecho apartamento se llenó de gemidos cuando la pareja se entregó al placer, ella gritaba su nombre mientras él la hacía vibrar de placer.
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La madrastra de su amiga era una mujer voluptuosa que siempre vestía ropa ajustada y provocativa, lo que lo ponía muy nervioso.
La hijastrastra se sentía incómoda al principio, pero después de unos minutos de juego previo, su apretada y húmeda intimidad anhelaba ser penetrada.