La madre de su amiga era una mujer tierna y cariñosa, y cada visita al apartamento se convertía en un encuentro lleno de complicidad y dulzura.
La estrecha hijastra era como un imán que lo atraía hacia el apartamento una y otra vez, en busca de encuentros íntimos y fuertes.
La hijastra, con su cuerpo apretado y tentador, despertaba en él una pasión irrefrenable cada vez que se encontraban en el apartamento.
La madre de su amiga, con su dominio absoluto, convertía el apartamento en un refugio de placer y experiencias fuertes.
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La madre de su amiga, con su ternura y cariño infinito, convertía el apartamento en un lugar lleno de calma y paz.