La primera vez con mi cu�ada Solange


Infidelidad La primera vez con mi cu�ada Solange Al poco tiempo de casarme con mi dulce Anita, descubrí que sentía una tremenda calentura por mi cuñada Solange.
Cada vez que nos encontrábamos, el cuerpo me hormigueaba un poco y sentía un ardor en la punta de mi verga. Solange parecía inmune a mis provocaciones, pero en el fondo, yo sabía que a ella le gustaba ser deseada por mí y seguramente le provocaría algo de morbo que yo fuera su cuñado.

Era unos años menor que Anita y naturalmente, mi esposa nunca sospechó las ganas que yo tenía de cogerme a su pequeña hermanita?

Una noche Solange llamó a casa, preguntando si estábamos disponibles para acompañarla y salir a divertirnos en una discoteca de moda.
Ana aceptó encantada y un rato después pasamos a buscar a Solange.

Ambas estaban vestidas de manera muy provocativa y sexy. Mi esposa había elegido un breve vestido negro que realzaba sus poderosas tetas y dejaba ver sus interminables piernas. Tacos de aguja muy sexy y una diminuta tanga que apenas le cubría el pubis bien depilado?
Solange se había vestido con una diminuta falda roja y un top del mismo color, que apenas podía contener sus hermosas y firmes tetas?

En la discoteca estuve bailando con ambas, mientras algunos galanes trataban infructuosamente de llevarse a Solange. En la mesa estuvimos disfrutando unos cuantos tragos y pronto mis dos bellas mujercitas comenzaron a sentirse un poco lívidas con tanto exceso de alcohol.

Solange comenzó a aceptar la invitación a bailar de algunos hombres, lo que me provocaba un poco de celos y alguna que otra erección, mientras ella se movía sensualmente en la pista bailando con esos desconocidos?

En algún momento Solange se levantó de la mesa para ir al baño. La seguí con la mirada, disfrutando de sus maravillosas piernas, mientras ella balanceaba las caderas y se sostenía de cuanta estructura encontraba a su paso. Se notaba que el alcohol había hecho efecto en su equilibrio al caminar?

Pasó demasiado tiempo sin que Solange regresara del baño; así que le dije a Anita que iría a buscarla; por si no se sentía bien. Mi esposa murmuró algo incoherente y permaneció sentada con los ojos cerrados?
Al llegar al baño, pregunté a otra chica, describiendo a Solange con su minifalda roja y ella me dijo que la había visto dirigirse a la barra.
Me dirigí entonces al barman, describiendo otra vez a mi cuñada y me dijo que Solange estaba con el dueño de la discoteca. Me volví loco de solo pensar que mi cuñada estuviera cogiendo en ese momento con otro que no fuera yo y que además le entregara su cola virgen a otro antes de que yo pudiera disfrutarla?

No me imaginaba a esa mujer dando una tremenda mamada a otra verga que no fuera la mía y, sobre todo, no me la imaginaba pidiendo a gritos que la cogieran toda la noche, antes de que me lo dijera a mí? su cuñado.
Por una puerta cercana a la barra vi asomarse a un hombre joven y atlético, de gran físico, bien vestido y fumando un puro. No podía imaginarme a Solange gozando la verga de un tipo semejante. Detrás de él apareció una chica en breve minifalda roja, pero por suerte, no era Solange?

Me acerqué a mi esposa, pero pude ver que estaba todavía sentada en nuestra mesa, conversando con un desconocido. No quise interrumpirlos.

Salí a la calle, buscando a mi cuñada, pero no pude encontrarla. Regresé adentro y me encontré la sorpresa de ver a mi delicada Ana besándose con ese perfecto desconocido, mientras el tipo deslizaba una mano por la espalda de ella, seguramente acariciando la cola de mi esposa?

Mi cabeza estalló en pedazos; pero antes de que pudiera acercarme a Anita y su acompañante, pude ver que Solange salía por esa misma puerta. Detrás de ella venía un tipo de piel oscura, para nada atractivo, calvo y excedido de peso; hasta de una estatura inferior a la de mi cuñadita?

No supe qué hacer? viendo a mis dos mujeres enredadas con otros tipos, mientras yo recorría todo el lugar en una búsqueda desesperada?

Me decidí ir por mi cuñada. Solange sonrió al verme y le pregunté qué estaba haciendo con ese desagradable desconocido allí adentro.
?No te pongas celoso, cuñadito? al pobre ni siquiera se le paró??
Me pidió que la acompañara a la pista de baile. Sus brazos rodearon mi cuello, su boca cerca de la mía y su piel rozándome, me pusieron a mil.

En un momento su vientre rozó mi verga que estaba durísima y en otro movimiento, fue su mano la que tocó mi tremendo bulto, que se agitaba intentando salirse de mis pantalones.
?Uff, cómo estás, cuñadito lindo?? Susurró ella a mi oído?

Mis manos recorrieron sus caderas desnudas, mientras ella apretaba sus tremendas tetas contra mi pecho y sus manos simulaban arañazos en mis brazos. Al preguntarle cómo había conocido a ese tipo tan desagradable, ella acercó su boca a mi oído para contarme. Pude percibir su aliento con olor a semen?

Me dijo que, al salir del baño, se había cruzado con ese hombre que era un viejo amigo de su madre. El tipo la había invitado a conversar y a tomar unas copas en unos salones reservados? De repente ella había tenido ganas de besarlo y finalmente se había tragada la verga del hombre y se la había lamido hasta hacerlo acabar en su boca. El tipo después ya no pudo lograr una erección y por eso todo terminó muy rápido?

En ese momento recordé a mi dulce esposa, que había dejado algo alcoholizada en manos de un desconocido. La busqué con la mirada y solo pude ver las copas vacías en nuestra mesa?

Intenté pensar qué estaría haciendo mi no tan fiel Anita en ese momento; pero un roce del pubis de Solange contra mi verga dura, me hizo volver a la realidad. Mi cuñada me preguntó si quería ver el lugar donde había estado con ese tipo?
Pasamos por esa puerta y entramos a un lugar con varios privados.

Entramos a uno y, regodeando mi vista con sus tremendas piernas, le pregunté qué otra cosa le había hecho al amigo de su madre?
?Te gustaría saberlo o te gustaría sentirlo??

Mi mente se nubló completamente y comencé a ver todo en color rojo, mientras Solange deslizaba su minifalda hasta el suelo. La muy turra no llevaba tanga? la misma costumbre que tenía mi dulce Ana?
Su pubis perfectamente depilado me volvió loco. Sus labios vaginales brillaban en la poca luz, mostrando que mi cuñadita ya estaba muy humedecida?
Se arrodilló frente a mí y sacó mi dura verga de mis pantalones.

Comenzó a chupármela de una manera increíble; jamás pensé que mi pequeña cuñadita fuera una mujer tan experimentada en el sexo oral? Estuve a punto de acabar en su boca, pero aguanté porque quería cogérmela y llenarle la concha de leche caliente?
De repente se oyó un grito de placer enloquecedor en una sala contigua y sentí el impacto de reconocer esa voz? era Anita, mi dulce Anita, que alguien se estaba cogiendo allí cerca, mientras su hermanita menor me provocaba placer con su delicada boca?
La excitación de escuchar los gritos de Ana me provocaron una calentura tremenda. Tomé a Solange por los cabellos y la hice ubicar en el suelo a cuatro patas. Luego la embestí desde atrás con furia, rabiosamente, como si estuviera echándole la culpa a ella de que mi mujer estuviera cogiendo con otro tipo.

Lo peor fue escuchar a Ana quejarse a los gritos:
?No? por el culo, no? es muy gruesa, me van a matar entre los dos??

Es decir, la estaban cogiendo entre dos hombres y, para peor, la iban a sodomizar sin misericordia. El alarido salvaje de mi mujer, me indicó que el segundo hombre se había salido con la suya. Mientras yo acababa como loco llenándole la concha de leche a Solange, Anita gozaba como una perra ensartada entre dos hombres y con una verga ajena enterrada en el fondo de su culo?
Solange también acabó sobre mi pija, sintiendo mi semen caliente invadiendo sus entrañas. Luego se deslizó hacia adelante, saliéndose de mi verga. Giró su cabeza sonriendo para decirme:
?Nunca nadie me cogió así tan salvajemente como vos, cuñadito lindo?

Y agregó sonriendo y señalando con un dedo al privado contiguo:
?Parece que Anita está gozando rico con una pija enterrada en el culo??

Yo también largué una carcajada y le pregunté si quería sentir lo que sentía Ana cada vez que mi verga visitaba su entrada trasera.
Por toda respuesta, mi dulce cuñada volvió a ponerse en cuatro y abrió sus cachetes con sus pequeñas manos?
Ana siguió gritando y aullando mientras yo me dediqué a sodomizar a su tan delicada hermanita. Su culo era increíble, pequeño y redondeado. Además era bastante estrecha, permitiendo que mi verga gozara todavía más mientras la llenaba por completo?
Le di durísimo durante un buen rato, excitado por los suaves gemidos de Solange y los alaridos de mi esposa en el privado contiguo?
Cuando acabé en el culo de Solange, los alaridos de Anita ya se habían calmado. Mi cuñada y yo nos vestimos y luego regresamos al interior de la discoteca.

Allí estaba Ana, juiciosamente sentada entre dos maduros caballeros. Los presentó como a dos de sus compañeros de oficina; pero yo ahora sabía que además, eran sus compañeros de cama?

Ana miró inquisitivamente a su hermana y Solange respondió con un gesto casi imperceptible? pero yo lo pude interpretar?
?Tranquila? ya me cogí a mi cuñadito lindo??

Comentarios para Per� chicas bonitas

Yefersn
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