la motera marina


Infidelidad la motera marina Era aún temprano cuando aparque el coche en el paseo marítimo, de Salobreña un bonito pueblo situado cerca del mar en una colina coronada por un castillo árabe.
La playa desierta, el murmuro de las olas rompiendo contra la arena, tan solo a lo lejos el zumbido del potente motor de una moto acuática interrumpía la tranquilidad de tan magnifico lugar.
Fije mi vista en la potente máquina que rujía y saltaba sobre las olas y vi que pilotaba una mujer. Su bella silueta de pie sobre la fiera, su larga melena morena volando al viento, sus fuertes y contorneadas piernas amortiguaban las sacudidas y los impactos de la conducción.
Poco a poco veía como se acercaba a la playa frente a mí, hasta que con un estruendo la moto gateo por la arena y quedo allí varada. Ella se bajó y pude con deleite apreciar su lindo cuerpo escultural sus largas piernas, su precioso culito firme y bronceado, cuando desabrocho su chaleco salva vida libero unos preciosos pechos redondos y firmes apenas tapados por la tela de su traje de baño. Sus abultados pezones y su delicioso canalillo. Mi cabeza en ese momento perdió el rumbo y me sorprendí soñando despierto con ese bello y cálido cuerpo.
Dios daría lo que fuese por poder acariciarlo, sentir en mis manos la suavidad de esa piel, recorrer sus lindas curvas y saborear con mi lengua ese vientre firme, esos pechos sabrosos, y ese culito apretado.
Perdido en mis escabrosos pensamiento y con los ojos cerrados no me di cuenta que acababa de ocupar una tumbona muy cerca de mí. Que sus pechos ya no estaban cubiertos de tela y que sus deliciosos pezones coronando una preciosa y marcada aureola quedaban a la vista de mi mente calenturienta. Dios cuantos deseos recorrían mi espina dorsal que hormigueo en mis partes íntimas, esperaba que no se percatara del principio de erección que poco a poco marcaba mi ajustado bañador.
La voz del camarero interrumpió mis elucubraciones, ?que tomara el señor?. Me volví hacia él y pedí un zumo de naranja, era aún temprano para beber alcohol. Una preciosa voz sonó diciendo ponga me otro a mí, entonces fue cuando nuestras miradas se cruzaron fugazmente, que sus bonitos y sensuales labios dibujaron una preciosa sonrisa. En ese momento pensé tiene que ser mía no puedo dejar pasar esta bella mujer si tan solo intentarlo. Mientras el camarero se alejaba de nosotros para ir al chiringuito, me levante y sin pensarlo me acerque a ella. Como en un sueño y asustado por mi osadía le pregunte te m*****a si ocupo esta tumbona a tu lado con esta playa tan vacía me siento algo solo.
Yo también me siento así, claro que puedes. Tengo la dichosa manía de mad**gar para disfrutar de la moto y termino aquí tumbada y sola a diario, se agradece tener algo de compañía. Me llamo Álvaro y soy de Sevilla. Lorena me contesto ella es un placer Álvaro, que haces por aquí. Pues vine a visitar a la familia que ya llevaba tiempo sin ver pero como soy mad**gador aquí me ves aburrido y solo hasta que llegaste tú.
Estas echa una diosa manejando esa potente maquina he podido disfrutar de lo bien que pilotas la moto. Bueno me defiendo dijo ella. Es mi pasatiempo favorito.
Pasamos largo tiempo charlando y conociéndonos las tumbonas se fueron llenando y el murmullo de la gente nos sacó de nuestra relajante conversación. Cuando mire el reloj y vi lo tarde que era me levante y excusándome por lo precipitado de mi salida en estampida, deje caer una tarjeta, este es mi numero si quieres tomar algo, llámame estoy en el hotel el peñón está cerca de aquí me encantaría volver a verte.
Bueno me lo pensare dijo ella ha sido un placer charlar contigo. La mañana ha resultado agradable. Yo también debo volver a mi vida cotidiana y prepararme que debo trabajar dentro de un rato. Hasta pronto le dije y me aleje de ella con todo el dolor de mi corazón.
Eran ya las diez de la noche cuando por fin mi teléfono sonó. ¡Dígame! Una preciosa voz timada me contesto. ?buenas noches soy Lorena?, sentí un hormigueo recorrer mi cuerpo una inmensa alegría me invadió.
Como estas me alegra escucharte creí que no lo harías.
E dudado antes de hacerlo por eso te llamo tan tarde es la primera vez que hago algo así.
¡Y yo! le conteste no voy dando tarjetas a todas las chicas que conozco en la playa jajajaj pero he sentido algo especial entre nosotros. Y no pude reprimir el deseo de volver a verte.
Además vivo con un chico y nunca he salido sin él. Dijo ella yo también he sentido algo especial por eso te llamo.
Yo soy casado y tampoco suelo hacerlo. Le conteste
Quieres que nos veamos? Le pregunte temeroso de que me dijera que no.
Si me dijo ella tímidamente. Estoy en la puerta de tu hotel. Le he dicho a mi novio que teníamos una cena entre compañeras de trabajo así que podemos vernos.
Quieres subir mientras me preparo y así no esperas en la calle.
Habitación 315 te espero. Estaba excitadísimo la situación no era para menos.
Colgó el teléfono. Yo llame al servicio de habitaciones y pedí cena para dos, champan y fresas de postre, tal vez me adelantaba a los acontecimientos pero por dios debía intentarlo.
Unos golpes tímidos en la puerta me alertaron de su llegada, corrí literalmente a recibirla.
Estaba preciosa un vestido negro cortito, su larga melena recogida en un precioso roete, unas finas tirantas sostenían su vestido que se habría por delante ofreciendo un generoso escote, que dejaba ver ese precioso canalillo no llevaba sujetador, no le hace falta pensé en mi interior.
Sus largos brazos y sus torneados muslos quedaban al descubierto, le tendí la mano para agarrar la suya tire de ella suavemente para hacerla entrar, pude sentir su cuerpo contra el mío, podía sentir su respiración entrecortada, el latido de su corazón, que parecía querer salir de su cuerpo, acelerado. El mío también lo estaba, levante su carita de una mano mientras la otra agarraba firmemente su fina cintura, ?bienvenida creí que no vendrías, haces de mí el hombre más feliz de este mundo?, un tímido beso en la mejilla al cual respondió con un poco de reparo agachando la carita como una niña tímida. Sin soltar su cintura ni retirarme de tan dulce amarre la mire fijamente a los ojos durante un largo rato sin tan siquiera mediar palabras solo sus ojos en mis ojos y nuestras bocas tan cerca que sentía su aliento
Sus labios y los míos casi se tocaban sus preciosos brillaban. Por fin nuestras bocas se unieron nuestros ansiosos labios se confundieron su aliento en mi boca sus pechos rozando el mío, dulce e imborrable momento.
Llamaron a la puerta,
Abandonando a regañadientes lo dulce y agradable del momento la invite a sentarse mientras abría la puerta y cedía el paso al camarero que empujaba un carrito, ?les preparare la mesa en la terraza que la noche es buena y el cielo esta estrellado?.
Proceda le dije. Volviéndome hacia ella le dije. ?E pedido la cena espero que te guste mi elección? pensé que ya que venias seria agradable cenar aquí en vez de un tumultuoso restaurante. Sus mejillas sonrojadas son preciosa, sus ojos brillan sus pezones marcan la fina tela de su vestido y un generoso paquete marca mi bragueta el camarero que se ve que no perdió puntada de nuestro aspecto se retiró amablemente después de dispensarnos una sonrisa cómplice.
Que pasen una bonita velada dijo saliendo por la puerta.
Siéntate la invite, retirando la silla para facilitarle el asiento.
Cenamos en un ambiente cordial y amable charlando como dos viejos amigos, aprendimos a conocernos, las risas terminaron rompiendo los últimos rescoldos de timidez que nos quedaban.
El champan ayudo a relajar en ambiente y las fresas de caldear lo poco que le faltaba.
Cuando ya llevábamos un rato disfrutando de las estrellas sentados los dos juntitos en un sillón de la terraza.
Ella se levantó y se colocó frente a mí, de una mano experta libero primero un hombro sacando el brazo de la tiranta, seguido al momento por el otro. Su vestido resbalo por su cuerpo lentamente dejando aparecer sus redondos pechos, sus erguidos y suculentos pezones, podía ver como la piel de gallina levantaba los bellos de sus lindos brazos, el vestido siguió resbalando por su cuerpo y mis ojos no se apartaron ni un segundo de su precioso recorrido. Su dulce vientre firme al llegar a sus caderas el vestido detuvo su caída mi respiración también se paró.
Alargue el brazo y de un tironcito le ayude a seguir su camino dejando a la vista su precioso monte de venus que dejaba entrever su delicada rajita y su abultado clítoris tampoco llevaba tanga. Sus fuertes muslos sus torneados gemelos. Sus delicados tobillos y sus bonitos pies en lo alto de unos tacones largos y finos.
Bella entre las más bellas una escultura griega no podía apartar mi vista de tan lindo cuerpo es perfecta por donde la mires.
Me levante??
Mañana mas

Comentarios para Per� chicas bonitas

Yefersn
Lima - Perú Soy un chico seguro y de pocas palabra, pero no te arrepentirás �� ...
Kdkdn
Panama - Panamá El video de lourdes de pese lo tienen, pero para que me lo pasen? ...
Ricardo primerizo
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